martes, 30 de abril de 2013

Alasdair Gray desembarca en España por partida doble: ‘Lanark’ (Marbot) e ‘Historias inverosímiles, en general’ (Rayo Verde) aparecen en castellano y catalán



Lanark.
Una vida en cuatro libros.
Alasdair Gray.
Traducción de Albert Solé.
Marbot Ediciones.
Formato: 13,5 x 21 cm.
752 páginas.
Fecha de publicación: mayo de 2013.

Aún no había alcanzado los veinte años, tiempo en el que era estudiante de la Escuela de Arte de Glasgow, cuando Alasdair Gray (Glasgow, 1934) comenzó a escribir la que treinta años después terminaría convirtiéndose, según ratificara The Guardian hace algunos años, en uno de los hitos de la ficción novelesca del pasado siglo, todo un acontecimiento literario que pronto sería elevado a la categoría de clásico.

Deudor de su característico estilo, mezcla de realismo y distopía, Lanark bebe de Kafka y del cómic americano, de la ciencia ficción y del naturalismo en una a la vez sarcástica y crepuscular fábula que viene acompañada en la edición de Marbot del diseño original del autor –cuya actividad plástica ha incluido desde murales en edificios públicos hasta las fundas de discos, además de la ilustración de sus propios libros–, así como de un apéndice incorporado por el propio autor en la edición de 2001 donde este nacionalista escocés y republicano, “experimentador genuino, trasgresor de las reglas de la prosa inglesa formal” en palabras del crítico y novelista David Lodge, expone en formato de entrevista su compleja relación personal con un libro que es en buena medida autobiográfico, al nutrirse de sus propias experiencias y que se ambienta en gran parte en una extraña Glasgow, a medias vivida, a medias apocalípticamente imaginada. 
 
De hecho, no sólo la peripecia “terrenal” del autor se parece mucho a la del protagonista, sino que los “cuatro libros” del subtítulo –ordenados Tres, Uno, Dos, Cuatro, a lo que hay que añadir la presencia de un prólogo antes del primer libro y de un epílogo cuatro capítulos antes del final– siguen el rastro de una vida en el mundo que conocemos y unos cuantos más a través de lo que supone una prolongada penitencia moral que permite a este también dramaturgo, poeta y ensayista proyectar una gran alegoría de nuestra sociedad que mereció nada menos que a Anthony Burgess el siguiente juicio: “Ya tocaba que Escocia produjera una obra de ficción excepcional… Aquí la tenemos.”

Alasdair Gray, recalará en España (Barcelona y Mallorca son, en principio, sus paradas) a finales de mayo aprovechando su visita para presentar también, además de las reediciones en castellano de estas obras, la publicación por primera vez en catalán, de su primera colección de relatos Historias inverosímiles, en general, que publicará en las próximas semanas Rayo Verde.  Lanzado apenas un par de años después de la revelación que supuso Lanark e ilustrado también por el propio Gray, el libro vuelve a gravitar sobre la estructura jerárquica de la sociedad, presentada en esta ocasión a través del culto a los osos, la explotación industrial de los patos, la construcción de obras faraónicas o la lingüística del siglo XVIII. En un artículo publicado a raíz de la edición en Estados Unidos de esta obra y de su novela 1982, Janine titulado “El impulso de ultrajar” el escritor Jonathan Baumbach al tiempo que destacaba el carácter alegórico de los relatos, apuntaba que “Alasdair Gray es un rebelde que lucha de forma desesperada contra la tiranía interiorizada”, constituyendo sus Historias “violentos gestos de libertad estética y moral, unos melancólicos, y a veces extáticos chirridos de cadenas, un perseverar -mediante el ejemplo de su humor, energía y belleza- en la trascendencia de la imaginación”.

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